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jueves, 28 de agosto de 2014

FELIPE ANAYA Y UN CARPINTERO JAVERIANO

Por: Juan F Conde 

Cali, P. U. Javeriana, viernes 23 de mayo de 2014

Felipe ha sido uno de mis pupilos de la pajarología, ya es un experto pajarólogo en el conocimiento de las aves de la región. Lo conocí en Pichindé cuando tenía como doce años; le gustaron mis cuentos de duendes, mis escritos y relatos, pero lo que más le gustó de mis aficiones fue mi fascinación por los pájaros y desde entonces también es pajarólogo. Hoy es un buen estudiante de Economía de la P. U. Javeriana de Cali y hemos seguido juntos aprendiendo de pájaros; cada tanto me visita en mi oficina y copio en un archivo con su nombre las mejores fotografías de las aves que va registrando. La mamá de Felipe es compañera de trabajo de mi esposa y esa es la relación más directa y por la cual lo conocí cuando todavía era un niño.
Con el carpinterito recién recuperado. Cada vez, al sol, extiende las alas para calentarse

Cuando llegó de estudiante a la universidad me buscó y continuamos nuestra relación compartiendo la afición por los pájaros, y algunas de sus fotografías las he usado para mis artículos y ensayos. En su carrera de Economía está usando los conocimientos de la ornitología para orientar sus trabajos.

Un miércoles, de éstos de mayo de este año de 2014, vino a mi oficina con el siguiente cuento. Que había visto un nido de carpinteros, un hueco circular en un tronco de un árbol que todavía permanecía en pie y le estaba haciendo el seguimiento al nido y a sus ocupantes tomándoles fotografías. Los pájaros carpinteros abren huecos redondos en los árboles, sobre todo en árboles muertos o en ramas secas, y allí hacen sus nidos.
Los padres antes de ser derribado el nido

Un día martes fue a ver el nido y el tronco había sido derribado por los jardineros. Seguramente no se percataron de la existencia del nido. La decepción y la rabia de Felipe por este hecho fueron evidentes. Se dolió del hecho y sintió que su registro había quedado truncado por la trozada  del tronco con el nido. Grande fue su desazón al ver el tronco en varios pedazos en el suelo y con el corazón arrugado se alejó del sitio.

Como Felipe es deportista y hace entrenamientos de ejercicios de estiramientos de TRX para algunos estudiantes cerca del sitio donde estaba el tronco, por el día jueves estando al lado de los pedazos trozados del árbol del nido volteó uno buscándolo y ¡oh! ¡Sorpresa! en el nido había sobrevivido un pichón de carpintero, todavía estaba vivo. Su alegría fue inmensa. -¿Qué hago?-, se preguntó. -Pues me lo llevo con tronco y todo-, esa fue su decisión.
Ya recuperado en la habitación de Felipe

Tenía clase con el profesor Alexei Arbona, se alzó con el tronco con el pajarito dentro y se fue a su clase. Llegó al salón, se hizo en uno de los puestos de adelante, puso su tronco al lado del pupitre y empezó a escuchar la clase.

El profesor miraba de soslayo el tronco e intrigado por fin dice: -Ve Felipe, tengo qué saber porqué traés ese tronco al salón-.

Felipe le responde: -Profe, es que en el tronco hay un nido de carpintero con un pajarito adentro y me lo tuve que traer porque si no se muere y voy a ver si lo puedo alimentar. Está muy débil porque lleva dos días sin comer-.

El profesor continuó con cara y actitud de incredulidad hasta cuando el pajarito empezó a cantar, a hacer su sonido de carpintero Habado -de nombre científico Melanerpes rubricapillus-, un tamborileo o cascabeleo gutural. El asombro del profesor fue mayúsculo al escuchar al pajarito y comprobar  que era cierto lo que Felipe le decía. No lo podía creer, ni él ni sus siete compañeros de clase.

Felipe después de clase se lleva en su motocicleta el gran tronco -como de setenta centímetros de alto y veinticinco centímetros de diámetro- con el pajarito para su casa y al llegar lo primero que hace es buscarle comida; sabe que come bichos vivos pero también que le gusta el banano, le brinda banano y el carpinterito le recibe. Está muy débil pero acepta comida y si come el carpinterito se puede recuperar, piensa Felipe.

El tronco ahora está en la habitación de Felipe y en su ventana, que da a la calle,  tiene néctar de azúcar para melíferos y colibríes, y bananos para los frugívoros y allí le llegan varias especies de pájaros.
Al aire libre después de enseñarle a volar

Dos días después el carpintero reconoce a Felipe, le acepta comida, lo llama imitando su voz gutural, el carpinterito lo reconoce, sabe que es con él, llega hasta él, le da comida en la mano. Felipe le consigue gusanitos y el pajarito los disfruta pero no es tan fácil conseguir bichos para darle su dieta de proteína.

A la ventana de la habitación de Felipe también llegan carpinteros habados adultos a comer banano, el juvenil –que es una hembrita por su cabeza menos pintada que la de los machos- cuando ve con curiosidad a sus congéneres, se admira, le da susto, y se mete a su nido. Felipe la alimenta y cuando ya ha comido suficiente la pajarita le dice que no más moviendo su cabeza como negando, cierra los ojos y no le recibe más.

Dice Felipe que no quiere encariñarse mucho de la carpinterita, que la quiere marcar por si la pajarita cuando vuele vuelve a su habitación. Le digo que no es necesario, que de alguna forma siempre se reconocerán.

Ha pasado una semana y la carpinterita está cada vez más grande y fuerte pero al parecer le sigue haciendo falta su dieta de proteína animal para tener la fuerza necesaria para volar. Le sugerí que ante la dificultad de encontrar bichos para alimentarla le hiciera una papilla de banano con carne molida, que primero lo hiciera con carne cocida y que si no le recibía la ensayara con carne cruda también molida. También le recomendé que tuviera cuidado con los gatos.

Tres meses después…

Hoy es 27 de agosto. Felipe crió la carpinterita. Empezó a sacarla al parque contiguo a su apartamento y le enseñó a volar por el parque, pero siempre volvía donde Felipe, se le paraba en el hombro y la volvía a entrar a su habitación. La pajarita se fue cogiendo confianza y cada vez Felipe tenía que esperar más tiempo a que bajara a su hombro. La veía rebuscarse los bichos por sí sola remontando las ramas de los árboles del parque, hasta que un día no volvió al hombro de Felipe. Un poco preocupado, con la nostalgia y tristeza de haberla perdido, se fue sin la carpinterita a su apartamento.

Al día siguiente volvió al parque y cuando menos pensó tenía la pajarita en el hombro. Pero ya no la volvió a llevar a su habitación, sin embargo a su ventana llega casi todos los días a comer banano y a beber de los nectarios para colibríes, porque también aprendió a tomar agua de azúcar. La siguió dejando en el parque. Cada tanto Felipe va al parque y si la pajarita está cerca vuelve a su hombro. Un papá para siempre.


Fotografías: Felipe Anaya

GUAYACÁN ROSADO, MORADO Y LILA CLARO, Tabebuia rosea


Por: Juan F Conde

Comúnmente se conocen como Ocobo, Roble, Apamate o Chicalá. Es una especie tropical que se distribuye desde México hasta Colombia y Venezuela y algunas regiones costeras del Ecuador. Crece hasta treinta metros de altura. En las informaciones de los libros como el de “Árboles de la Universidad del Valle” y tampoco Wikipedia, hacen distinciones entre las Tabebuia Rosea, pero el libro de Kun, “Especies forestales del Valle del Cauca” y en el de Lyda Caldas de Borrero, “La Flora en el espacio público”, nos hablan del Guayacán Morado, Rosado y Lila Claro, o sea tres especies, y creo que hay alguna intermedia entre el morado fuerte y el rosado.
Fotografías: Club Campestre de Cali
La madera es utilizada en decoración de interiores de muebles finos, pisos, gabinetes, chapas decorativas, construcción de botes, ebanistería, instrumentos musicales, ruedas para carretas, artesanías, cajas y embalajes. Es utilizada como ornamental, en parques, jardines y linderos de propiedades. Asimismo es utilizada como planta de sombra de cultivos en las zonas bajas de la región tropical.

Fotografías: Club Campestre de Cali
El llamado Guayacán Rosado o Roble Morado es un árbol nativo de Colombia. Se encuentra en regiones de clima cálido y medio hasta los 1.400 metros sobre el nivel del mar. Se da bien cerca de fuentes de agua Debería de sembrarse con fines comerciales por su fina madera. En Cali y alrededores florece en la estación seca de julio y agosto.

Referencias

-La Flora en el Espacio Público, Lyda Caldas de Borrero, Cali, 2006

GUAYACÁN AMARILLO, Tabebuia chrysantha


Por: Juan F Conde

Tabebuia es un nombre vernáculo brasilero y chrysanthus significa con flores de color dorado, por sus flores amarillas. Recibe varios nombres comunes como Roble Amarillo, Araguaney, Cañahuate, Chicalá y Tajibo. 

Esta especie se encuentra distribuida naturalmente desde México hasta el norte de Suramérica. Es el árbol nacional de Venezuela. Puede superar los treinta metros de altura. Su tronco es cilíndrico de cincuenta a sesenta centímetros.En Cali es menos común el Guayacán Amarillo que el Guayacán Rosado. Las informaciones sobre la altitud en la que se reproducen dice que se da hasta los 1.400 metros sobre el nivel del mar, pero es posible ver ejemplares florecidos hasta casi los 2.000 metros de altitud. Es común que los árboles de una región florezcan al mismo tiempo.

Es una especie melífera que atrae numerosas avispas, abejas y colibríes. Se propaga por medio de sus semillas aladas que sacadas de sus frutos alargados se dispersan con el viento.

Su fina y dura madera y se emplea en pisos de uso industrial, construcciones pesadas y postes, pero no se cultiva con fines comerciales.

La floración se produce en la época seca. En Cali florecen a finales de julio y en agosto hasta septiembre, pero es posible verlos florecidos en otras épocas secas del año. En Venezuela florece de febrero a abril.


Referencias. Árboles de la Universidad del Valle, Especialización en Paisajismo, Stella Herrera Hurtado

GUALANDAY, Jacaranda caucana


Por: Juan F Conde

Llamado también comúnmente Cornique y Piñón de oreja. Es un árbol originario de Colombia. Su nombre científico es Jacaranda caucana. Pertenece a la familia de las Bignoniáceas. En el sur del continente americano se le conoce como Jacarandá.
Es un árbol de gran talla. Puede medir hasta treinta metros de altura y su tronco más de setenta centímetros. En su floración es un árbol muy vistoso porque pierde casi todas sus hojas y quedan sus flores de cuatro centímetros color violeta o lila –algunos las ven azules como en la canción “azules los gualandayes…”- agrupadas en racimos tubulares. Cuando caen al suelo pintan de su hermoso color el espacio a su alrededor. Su bella floración lo hace ideal para el ornato de las ciudades.

El Gualanday –Jacaranda caucana-, es uno de los árboles que distinguen a Cali; florecen en febrero, pero en agosto ocurre su mejor floración; le dan colorido a las avenidas y parques. Su floración puede durar hasta un mes.
Los frutos del Gualanday atraen Guacamayas Carisecas -Ara severa- y otras especies de la familia -Psittacidae- loros y loras. Es una drupa aplanada irregular; cápsulas leñosas planas de color marrón oscuro. Es necesaria una piedra para poder abrir una y en su interior hay semillas muy chiquitas aladas con una membrana suave y blanca con sabor a nueces.

Referencias  bibliográficas

-Kun, Especies Forestales del Valle del Cauca-. Una publicación de la CVC y la Agencia Japonesa para la Cooperación Internacional.

-La Flora en el Espacio Público-, Lida Caldas de Borrero, Cali, 2006


miércoles, 27 de agosto de 2014

CASSIA ROSADA, Cassia javanica

Por: Juan F Conde

La Casia de Java, como también es llamada por su procedencia, es un hermoso árbol asiático introducido como ornamental en muchos países del Mundo. Puede llegar a crecer los veinte metros de alto y desarrollar un tronco no muy grueso a no ser que sean individuos muy viejos.
Edificio El Samán, P. U. Javeriana-Cali
Los hermosos ramos de flores rosadas compuestas son su mayor atractivo, las cuales unidas a los pequeños matices amarillos dados por sus partes sexuales y con los botones florales que son de un color rosado más intenso ofrecen un llamativo contraste con el verde del follaje. Los frutos son largas y delgadas legumbres de forma cilíndrica que se tornan negras al madurar y pueden contener entre cincuenta y setenta semillas cada uno.
                                                  Edificio El Samán, P. U. Javeriana-Cali
La madera es dura y fuerte por lo que en algunos países se le utiliza comercialmente para la elaboración de muebles, ebanistería y construcción en general. Posee propiedades medicinales y taninos en la corteza aunque en poca cantidad. 


Referencias. Información tomada de Internet

CARPINTERO BUCHIPECOSO, Colaptes punctigula

Por: Juan F Conde

El carpintero Buchipecoso, llamado también comúnmente Carpintero de pecho punteado tiene como nombre científico Colaptes punctigula. Se encuentra en casi todos los países de Suramérica y en Panamá.

Se distribuye entre el nivel del mar y los 1.500 metros de altitud. En Colombia existe en todo el país excepto en la costa Pacífica al sur de Buenaventura. 

Su hábitat natural son los bosques húmedos subtropicales  de tierras bajas, bosques de manglares tropicales o subtropicales y bosques antiguos no degradados



Macho y hembra custodiando el nido
El Colaptes punctigula lo podemos considerar un ave urbana. Tiene una costumbre poco usual en los carpinteros y es el buscar bichos en el suelo. Por eso no es raro verlo –en ocasiones dos o tres juntos, machos y hembras-, tirados en el piso buscando insectos, sobre todo hormigas. 

Referencias
-Notas tomadas de Internet
-Guía de las Aves de Colombia, Hilty y Brown