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miércoles, 3 de diciembre de 2014

PIRANGA ROJA, Piranga rubra

UNA ILUSTRE VISITANTE

Por: Juan F Conde

Les presento este precioso pájaro que nos visita cada año desde lejanas tierras ya que nos llega desde el norte de México o de los Estados Unidos. Se trata de la Piranga Roja, de nombre científico Piranga rubra. Mide dieciocho centímetros, el macho presenta el pico blanquecino y amarillento la hembra. En época de inviernos el pico se torna un poco más oscuro en ambos sexos. El macho tiene un hermoso color rosa, encima más oscuro. Alas y cola parduzcas. El macho permanece rojo todo el año; la hembra presenta un tono oliva por encima, alas y cola parduzcas, amarillo claro debajo. Los inmaduros son del color de las hembras y los que ya casi son adultos presentan una coloración moteada de rojo y amarillo. Ambos sexos presentas patas negras.
 Macho, hembra y juvenil
Esta especie se puede confundir con la Piranga Bermeja, de nombre científico Piranga flava. Pero esta especie no la vemos en el Valle geográfico del río Cauca porque le gustan las temperaturas un poco más frescas y sí la podemos encontrar pero en los Farallones de Cali desde los mil quinientos hasta los dos mil doscientos metros sobre el nivel del mar.


Quizás los tonos rojos del macho de Piranga rubra sean más brillantes y definidos que el de la Piranga flava, y quizás sea esa la forma de saber de cuál especie se trata, además de la altura en la que las veamos, aunque la rubra se puede ver hasta los dos mil setecientos metros sobre el nivel del mar, si la vemos a la altura de los mil metros se trata de esta especie migratoria como las que vemos de octubre a marzo en Cali.

En verano habitan en bosques de encino y bosques de galería en el centro y sur de los Estados Unidos y norte de México. En otoño migran hacia el sur, e invernan desde el centro y sur de México, en América Central, y en el noroeste de América del Sur -hastaPerú y oeste de Brasil-, donde habitan principalmente en selvas tropicales. 

Se alimentan de insectos –arañas, abejas y avispas sin ponzoña-, pequeños frutos, y frutas tropicales. Por su consumo de abejas también se la conoce como Piranga Abejera. Al norte de Chile también es posible verla en verano.

Construyen un nido en forma de cuenco sobre ramas horizontales de árboles de altura media y alta.

Referencias
-Internet, wikipedia
-Guía de las Aves de Colombia, Hilty y Brown
-Observaciones personales



martes, 25 de noviembre de 2014

EUCALIPTO DE FLOR, Callistemos citrinus

Por: Juan F Conde

Me llamó la atención Adolfo Dagua, el jardinero mayor de la Universidad Javeriana, y me preguntó: -¿Ya vio el árbol florecido, profe?-. -¿Cuál?, le pregunté-. -Pues el que está en la esquina de la cancha de fútbol-. –Ah, ¿el eucalipto de flor?-.


También es llamado Calistemo o Escudillón, de nombre científico Callistemos citrinus, del griego Kalle que quiere decir belleza, e ystemon que quiere decir estambre en referencia a los racimos florales, cuyos estambres recuerdan un tirabuzón. Citrinus hace alusión al aroma cítrico que exhalan las hojas al frotarlas o molerlas.

Recibe varios nombres comunes o vulgares por la apariencia de sus flores, como Limpiatubos, Árbol del Cepillo, Escobillón Rojo, Limpiabotellas, Cepillo, Limpiateteros. Por el olor de sus hojas recibe el nombre de Eucalipto de Flor. Y sus flores atraen colibríes, mieleros y numerosos insectos. 

Es una planta muy resistente y sirve para decorar terrenos muy pobres. Las semillas germinan sin dificultad pero la descendencia es muy dispar y muchas plantas no ofrecerán flores ornamentales. Es muy resistente a las plagas de jardín.

Es originario de Australia pero se difundió con éxito en los trópicos. En Colombia fue introducido hace realmente poco tiempo, en la segunda mitad del siglo XX. Alcanza una altura de seis o siete metros y su tallo de veinte  a treinta centímetros. Su belleza se debe a su tenue follaje, a su hermosa floración y a la estructura general del arbusto.
 
El método de propagación adecuado es el de estacas –esquejes- con hojas de madera parcialmente madura, las cuales enraízan con bastante facilidad en invernadero. También por semillas contenidas en las capsulas leñosas que brotan a lo largo de los tallos; las capsulas se colocan en una bandeja o bolsa de papel en un lugar cálido hasta que liberen las semillas que son muy delicadas. Se plantan con una mezcla de tierra y arena gruesa sin apenas cubrirlas y se mantienen húmedas.


La silueta del árbol es parecida a la de los sauces llorones, generalmente ovalada pero su forma se puede guiar por la poda. Necesita buen sol, suelo bien drenado y arenoso. Puede cumplir un papel muy importante en la conservación y propagación de la biodiversidad.

jueves, 13 de noviembre de 2014

COCLÍES EN LA JAVERIANA DE CALI –Extracto de memorias-

Cali, P. U. Javeriana, jueves 13 de noviembre de 2014.

Son las 7:30 am. Acabo de tomarle fotos a una pareja de coclíes que estaban posados en la antena de la Emisora Javeriana Estéreo que está ubicada en los predios del acueducto de la P. U. Javeriana de Cali. Aunque los había visto sobrevolando el campus es la primera vez que los veo posados aquí. Ya he escrito varias notas sobre esta hermosa y gran especie de ibis, pero para mí es un acontecimiento el haber podido fotografiarlos hoy.

Hay que decir, para esta nota que esta especie estuvo desaparecida de Cali y del centro del Valle del Cauca durante cincuenta años y que se ha ido recuperando porque ya no se hacen sancochos con ellos y han dejado de eliminarlos. Para muchos será la primera vez en su vida que los están viendo. 
Fui testigo de su desaparición en mi niñez en mi pueblo, Ginebra, Valle del Cauca. Esta especie se conoce en el sur del continente como bandurria y en los Llanos Orientales de Colombia como tautaco. Su nombre científico es Theristicus caudatus. Su sonoro canto, como pito de carro viejo, los delata.
Más abajo, en la misma antena y al mismo tiempo que los coclíes, una pareja de gavilanes llamados comúnmente La Pigua, de nombre científico Milvago chimachima, gritaban a dúo.

miércoles, 29 de octubre de 2014


AVES DE CALI PARA EL MUNDO

Las fotografías aquí expuestas fueron tomadas en Cali y sus alrededores: en el campus de la P. U. Javeriana, en el Club Campestre, en Pichindé, en el bosque de San Antonio y en la carretera al mar.

Es notoria la recuperación de algunas especies de aves en Cali, en Los Farallones de Cali, pero debemos a toda costa preservar los ecosistemas para que esta riqueza sea mantenida y mejorada.

Colombia es el país más biodiverso en aves del mundo con más de 1900 especies registradas por los ornitólogos. Una riqueza que todos envidian y un compromiso con la humanidad.


El Valle del Cauca es el departamento más biodiverso en aves de Colombia, con cerca de 900 especies, riqueza de la que debemos sentirnos orgullosos, reconocerla y preservarla.


Cali es la ciudad más biodiversa de aves del mundo con más de 450 especies, riqueza propia para desarrollar el mejor ecoturismo de avistamiento de aves a nivel mundial.

El autor de estas fotografías es Juan F Conde, profesor de la P. U. Javeriana de Cali, encargado de la Educación Ambiental de la Oficina de Responsabilidad Social. juanfconde.blogspot.com


lunes, 20 de octubre de 2014

GARZÓN AZUL, Ardea cocoi

Por: Juan F Conde

También es llamada Garza Cuca o Garza Mora. Es una de las aves voladoras más grandes y esbeltas de la naturaleza, mide entre un metro y un metro con treinta centímetros de altura con el pescuezo estirado -130 centímetros-. Es de naturaleza muy tímida, esquiva y por lo tanto no es fácil de fotografiar. Cuando alguien se le acerca se retira con su vuelo lento, pausado y elegante.

 Se encuentra desde Panamá hasta la Tierra del Fuego, incluidas las Islas Malvinas. Y desde el nivel del mar hasta los 1500 metros de altura sobre el nivel del mar. No le gustan las grandes alturas de la cordillera de Los Andes pero ocasionalmente ha sido visto por encima de los 2000 metros.


De hábitos diurnos prefiere estar sola, o en pequeños grupos pero duerme en garceros, que son concentraciones de garzas que por lo general escogen un gran árbol para dormir, poco antes del anochecer. Hace un nido plano y tosco de ramas, juncos y chamizas. Pone de tres a cinco huevos. Se alimenta de insectos, peces, reptiles y anfibios. Eventualmente puede ser carroñero y comer ratones.



Fue muy perseguida en el siglo XIX por sus plumas usadas para adornos femeninos y de alta costura.

Referencias
-Observaciones personales
-Wikipedia, Internet
-Guía de las Aves de Colombia. Hilty y Brown


martes, 14 de octubre de 2014

¿ESTAMOS ASISTIENDO A LA RECUPERACIÓN DE ESPECIES EXTINTAS EN LOS FARALLONES DE CALI?

ALGUNAS CONTRADICCIONES

Por: Juan F Conde

GALLITO DE ROCA

Cuando Carlos Mario Wagner me pidió que dijera unas palabras para este conversatorio previo al acto de proclamar al Gallito de Roca –Rupicola peruviana sanguinolenta- como ave emblema –o insigne- del Valle del Cauca, me sentí muy honrado sobre todo porque quien iba a presentar a esta especie en este acto era el profesor Humberto Álvarez-López, decano de todos los ornitólogos y pajarólogos colombianos, que por razones de fuerza mayor no pudo estar aquí; pero en su remplazo, era un honor alternar con Carlos Mario a quien todos conocemos por sus conocimientos y bellas obras en favor de la biodiversidad; y con el doctor Francisco Piedrahita eminente pajarólogo; y nombro sólo mis conocidos. Tenía un problema ético para hacerlo: no había visitado aún ningún lek de Gallitos de Roca de la región. Pero tenía tiempo para hacerlo. Llamé a Carlos Mario y concertamos una cita para hacerle la visita a uno de los varios leks que tienen los ríos de Cali, uno particularmente importante en el río Felidia; más adelante explicaré su importancia.
La fotografía de la hembra fue tomada de wikipedia, de Internet

Un lek –palabra sueca- es una agrupación de machos que compiten por el apareamiento con hembras. Algo
así como un bar de encuentro de parejas. En las especies que presentan este sistema de apareamiento de lek, el macho no suele ocuparse de la descendencia, todos los machos se agrupan en lugares específicos para las exhibiciones y las hembras seleccionan a los machos con los que van a copular, de los que sólo
sacan sus células reproductoras. 

Cierto día, en nuestra casa de campo en Pichindé, escuché una algarabía de muchachos. Iban tras un pájaro que se les escapó de una jaula. Se trataba de una hembra de Gallito de Roca, la pude identificar. El papá de uno de ellos, un policía jubilado, compraba pájaros exóticos para tenerlos en jaulas. No dejé que la recuperaran, los amenacé con la policía -¡Qué ironía!- cuando quisieron hacer caso omiso de mi intromisión. La chica estuvo posada por varias horas en uno de los guamos cercanos a nuestra casa y luego se fue en busca de su lek; lamenté no haber tenido cámara para fotografiarla. Ése fue el día en que conocí a la hembra. Luego en el aviario de Cartagena conocí los varios ejemplares que allí tienen en cautiverio. Pero tenía que conocer los de nuestra tierra en sus espacios naturales.
 El domingo 26 de septiembre de este año de 2014, por fin hicimos lo tantas veces aplazado: ir a ver los Gallitos de Roca.

Los Gallitos de Roca los podemos ver en un lek en El Pato, vereda de La Leonera, corregimiento de Cali, ubicada entre Felidia y Pichindé, en los Farallones de Cali. Hay otros sitios pero este es el más asequible ya que queda a unos quince minutos bajando hacia el río Felidia. Don Jaime Zertuche nos guía por sólo diez mil pesitos por persona.


Don Jaime Zertuche. A este personaje lo conozco desde hace varios años por referencias escuchadas en las charlas en la Pontificia Universidad Javeriana de Cali a las que he invitado a Carlos Mario. Quizás esta historia haga famoso para la pajarología y el conservacionismo tanto a don Jaime como a Carlos Mario y aquí la voy a resumir para este relato informal, que no sé si sea adecuado el género del anuncio publicitario de este evento en el que me anuncian como ponente: Fernando Conde, y aunque también me llamo Fernando de segundo nombre, soy más Juan, me siento más Juan, me nombran más Juan, así que soy Juan, y pueden llamarme Juan, y ahora me estoy firmando Juan F Conde, porque también soy Conde, de nobleza. Y de segundo apellido Libreros que significa libertad, o el que vende libros o al que le gustan los libros y con todos me identifico, y aunque no vendo libros mi papá y mi mamá tuvieron una librería. Yo los escribo.

La historia de don Jaime simplemente hay que resumirla así: extraía animales y plantas del bosque para sobrevivir. En otras palabras, era un depredador de la naturaleza.

Pero el destino de don Jaime era conocer a Carlos Mario y a su grupo de amigos, entre los cuales hay varios héroes a los que tendremos en algún momento que rendirles un sentido y gran homenaje por la valentía de querer proteger al mundo.

Y este valiente y quijotesco grupo de conservacionistas poco a poco le fue cambiando la mentalidad a don Jaime, le cambió el chip, como decimos hoy.

-Tanto o más dinero puede obtener si yo le traigo aquí a personas para que usted les muestre los Gallitos de Roca-, fue el argumento para convencerlo. -Y es mejor que usted proteja los árboles, sembremos más especies forestales y atraigamos más especies para que el sitio se vuelva turístico de avistamiento de pájaros-.

La historia no hay que alargarla más. Hoy don Jaime Zertuche hace eso, vive del ecoturismo. Se gana la vida protegiendo los Gallitos de Roca y sembrando especies forestales para que vengan todas las hermosas especies de pájaros que tenemos en estos increíbles Farallones de Cali. Y necesitamos a muchos Carlos Mario y a muchos don Jaime que quieran ser partícipes de esta fiesta de la naturaleza que es ver pájaros en su entorno natural.

En nuestra rica experiencia con don Jaime de guía pudimos ver, además de los machos de Gallitos de Roca, por ejemplo, una hermosa especie que estaba extinta en Los Farallones como lo es la Oropéndola Común –Psarocolius angustifrons-. La hermosa  mochila que hace de nido le compite en belleza a su exótica figura. -Fotografías tomadas de wikipedia-.

Y en esto de nuestra naturaleza del Valle del Cauca hay muchas contradicciones que van desde tantos proteccionistas –necesitamos que se nos unan muchos más- hasta los humanos depredadores –que cada vez  sean menos-, desde la guerrilla sembradora de minas miserables arranca pies hasta el doctor Francisco Piedrahita, desde invasores de los parques naturales hasta reforestadores de corazón como los muchachos de la Fundación Amatea.
 En este mar de contradicciones vi desaparecer a comienzos de los años sesenta, en mi pueblo Ginebra, el Coclí –Theristicus caudatus- a manos de los depredadores para hacer los primeros sancochos que no fueron de gallina sino de Coclí, y luego verlo reaparecer, cincuenta años después, de sus cenizas y poder verlos hoy cruzando los cielos de Cali y del Valle del Cauca con sus graznidos “como trompetas de aluminio” como reza el poeta Neruda diciendo de las Bandurrias, que son nuestros hermosos Coclíes.
Fotografías: Felipe Anaya
Pájaros que nunca pensé ver en Los Farallones de Cali como el Quetzal Colinegro –Pharomachrus auriceps- o el Trogón Collarejo –Trogon collaris-, hoy poblando con sus hermosos silbos y vistosos plumajes los árboles que aún no han sido derribados.

Tampoco pensé nunca volver a ver a las Cotorras Cheja –Pionus menstruus- y ser espectador privilegiado de bandadas de más de quinientos ejemplares en el Club Campestre y sus alrededores.


O ser testigo por los mismos sitios de una bandada de treinta Guacamayas Carisecas –Ara severa-, o grandes parvadas de Perico Carisucio –Aratinga pertinax-, o pequeños grupos del Perico Chocolero –Aratinga wagleri-, como también la Lora Petirroja –Amazona autumnalis- y la Lora Común –Amazona ochrocephala-, y el Periquito Bronceado –Brotogeris jugularis-, sólo por hablar de la hermosa familia de las Psitácidas, que no son otros que pericos, loros y guacamayas.

Quisiera volver a ver las grandes y bullosas parvadas del Periquito de Anteojos –Forpus conspicillatus- que nos alegraban las tardes a la salida del Colegio San Francisco de Asís, en mi pueblo Ginebra, también en los años sesenta. Por ahí hemos vuelto a ver algún grupito de cuatro o cinco de estos preciosos muchachos. 

¿Por qué estamos asistiendo a la recuperación de estas especies? ¿Cuáles son las causas de este fenómeno? En una charla de pájaros que preparé para otra invitación en la CVC dije una blasfemia que voy a repetir. El que hayan mermado los depredadores humanos se lo debemos a la guerrilla porque huyeron de miedo a que los ajusticiaran como ocurrió con algunos. Pero esto no puede justificar las muertes ni los actos violentos de la guerrilla ni los de nadie.

En mi blog –juanfconde.blogspot.com- publiqué hace unos días un artículo escrito a dos manos con mi amigo Álvaro Calonje; él lo tituló “En el postconflicto los bosques caen”, y allí denunciamos cómo en cada acuerdo con grupos paramilitares -y grupos de otras índoles delincuenciales-, hay por todo el territorio nacional bosques arrasados para darles tierras; o les entregan las tierras, antes bosques, que han sido arrasados por los narcotraficantes o colonos inescrupulosos. Y es necesario estar atentos para que cuando se firme la paz con la guerrilla, no sean los bosques y las reservas naturales, nuestros bosques, nuestra heredad, la que sea feriada.

En este mismo mar de contradicciones hoy vemos al Carpinterito Habado –Melanerpes rubricapillus-, que no deberíamos de tenerlo en el inventario de nuestras aves del Valle del Cauca porque sus hábitats han estado en la costa Atlántica. Llegó al Valle del Cauca y aquí se quedó, como consecuencia de la deforestación del centro de Colombia.

Nos la hemos pasado pidiéndoles a las autoridades que actúen, que defiendan nuestros recursos naturales, que defiendan nuestros parques, los ríos, los humedales, pero estos llamados y estos gritos de auxilio no han sido escuchados, o los escuchan pero no hacen nada por ello. Lo peor es que las mismas autoridades en muchas ocasiones han sido, son y siguen siendo cómplices de estos crímenes contra la naturaleza, y debemos seguirlo denunciando. No nos vamos a cansar de seguirlo haciendo y de seguir buscando estrategias para que actúen, y las que nos ingeniemos para actuar nosotros mismos.

Soñamos con que nuestro Valle del Cauca, Cali y Los Farallones de Cali seamos un destino mundial por excelencia en el avistamiento de aves porque Colombia es el país más biodiverso en aves del mundo, el Valle del Cauca es el departamento más biodiverso en aves del mundo y Cali la ciudad más biodiversa en aves del mundo. Es nuestra mejor ventaja comparativa para atraer el ecoturismo de avistamiento de pájaros del mundo entero.

Publiquemos y socialicemos, pues, a nuestro hermoso Gallito de Roca como nuestro pájaro insigne o emblemático del Valle del Cauca. Y para nosotros, aquí entre nosotros y sin que se enteren los científicos, no seguirá siendo el Rupicola peruviana sino el Rupicola vallecaucana. He dicho.


miércoles, 8 de octubre de 2014

GALLITO DE ROCA, Rupicola peruviana

Por: Juan F Conde

Es una de las aves más exóticas y bellas de nuestra avifauna. Mide 32 centímetros y se alimenta principalmente de frutas. Vive en las hondonadas de nuestras cordilleras a orillas de los ríos donde se ubican los leks. 



Un lek –palabra sueca- es una agrupación de machos que compiten por el apareamiento con hembras. Algo así como un bar de encuentro de parejas. En las especies que presentan este sistema de apareamiento de lek, el macho no suele ocuparse de la descendencia, todos los machos se agrupan en lugares específicos para las exhibiciones y las hembras seleccionan a los machos con los que van a copular, de los que sólo sacan sus células reproductoras.

Existen dos especies muy parecidas. La otra es el Gallito de Guyana –Rupicola rupicola-. Algunos autores las clasifican dentro de una familia exclusiva para ambas, Rupicolidae, mientras que otros las incluyen dentro de Cotingidae. Mientras el macho es rojo intenso o anaranjado rojizo, la hembra es principalmente de color café, pero igualmente hermosa. Ambos tienen la cresta en forma de disco permanentemente desplegada, ocultando su pico.

Su figura exótica es muy popular, pues ha sido plasmada en grabados, pinturas y fotografías. La figura del Gallito de Roca es el símbolo de la Sociedad Vallecaucana de Ornitología. Y desde el 9 de octubre del año 2014 es el ave emblema del Departamento del Valle del Cauca. 

Habita en los altos y húmedos bosques de niebla de la Amazonía ubicados en la vertiente oriental de la cordillera andina desde Colombia pasando por Ecuador y el Perú hasta Bolivia entre los 400 y 2.500 metros sobre el nivel del mar.

En otras épocas los gallitos se encontraban en las matas de monte vecinas al agua, en los climas medios y fríos de toda Colombia, pero su belleza incomparable y su popularidad los convirtió, desde principios del siglo diecinueve, como se lee en el testimonio de Humboldt, en aves perseguidas. Actualmente está sufriendo fuerte presión de captura y tráfico teniendo en cuenta que un macho puede alcanzar el precio de cinco mil dólares. Por esta razón está en peligro de extinción.


Nota: La fotografía de la hembra fue tomada de las imágenes de wikipedia

Referencias:
-“Guía de las Aves de Colombia”, Hilty y Brown

-Internet, Wikipedia

lunes, 22 de septiembre de 2014

EN EL POSCONFLICTO LOS BOSQUES CAEN

Por: Álvaro Calonje y Juan F Conde

Con la desmovilización de los paramilitares y el repliegue de la guerrilla han quedado despejadas áreas de bosques en diversas áreas del país. En muchos lugares del territorio nacional la frontera de la deforestación y de la destrucción se está moviendo. Las motosierras y los campamentos  improvisados están abriéndoles espacios a las vacas  en medio de pendientes imposibles. También sucederá en el postconflicto con la desmovilización de la guerrilla, y a las autoridades les pedimos, les suplicamos que actúen.
La inclusión de ganado  vacuno en el bosque nublado genera problemas muy serios. La erosión, la destrucción de fuentes de agua, la compactación y la pérdida de capacidad de los ecosistemas para captar agua son el camino a la destrucción permanente de las fuentes hídricas  de nuestras ciudades y pueblos. La minería nos  obliga a  consumir agua con arsénico, mercurio y cianuro.  En Cali la que fue un agua pura y cristalina hoy llega con residuos de metales pesados que al ingerirse generan serios problemas de salud como consecuencia de la minería ilegal en Los Farallones de Cali.

En un país como Colombia que tiene un cuatro por ciento de todas las plantas del planeta, los bosques que van a destruir guardan muchas cosas que no conocemos y que se  perderán  para siempre  aparte de las que ya  destruyeron y no conocimos. Para ilustrar el caso, Colombia tiene treinta y seis especies de magnolias, la mayoría desconocidas, y severamente amenazadas.  Magnolia mahecha que podíamos ver fácilmente cerca a Cali se la encuentra cada vez menos, Magnolia wolfii de Risaralda solo existe en tres poblaciones pequeñas, Magnolia arcabucencis es prácticamente imposible de encontrar en Boyacá. En la familia de las cicadáceas con 20 especies, Zamia montana se encuentra en relictos muy pequeños y con contados individuos. Zamia wallisii se encuentra reducida a una población. En los helechos arbóreos, Antioquia tiene muchas de las noventa especies de Colombia pero en ese departamento los bosques desaparecen con inusitada rapidez.

Muchos de los suelos del bosque nublado son arcillosos, tienen un alto contenido de materia orgánica y una capacidad de retención de agua muy alta, son en esencia muy pantanosos y las vacas terminan con los cascos podridos.

El Páramo de Chingaza que era incendiado religiosamente todos los años hoy está protegido y regenerado pero muy pocas de las orquídeas nativas han regresado. En una reciente visita solo se detectaron cuatro especies donde debía haber muchas más.

En las deforestaciones recientes en muchos sitios de Colombia  ni siquiera los cauces de los ríos son respetados. Los colonos y los invasores no dejan la franja  protectora de treinta metros a lado y lado de árboles –bosque, o naturaleza- a lo largo de los cauces de los ríos. La  mentalidad extractiva prevalente y la falta de conciencia son situaciones que es necesario cambiar con la educación de los niños. La ambición a costa de lo que sea hay que combatirla con voluntad política, rigor y presencia estatal no corrupta.

Todos presenciamos como a lo largo de muchos meses el río Dagua fue destruido y el derecho al trabajo y a la corrupción prevaleció frente al bien común. Estamos paralizados viendo hacer lo mismo con el río Pichindé que es la mitad del río Cali. –www.elpais.com.co/riocali-

No se entiende por qué al Estado le toma tanto tiempo detectar la presencia de treinta o cuarenta retroexcavadoras en determinados sitios.

Colombia fue bendecida por la magia de un arco iris de mil montañas y muchos ecosistemas. Los colombianos no estamos cuidando de la heredad que les debe corresponder a nuestros hijos.

martes, 16 de septiembre de 2014

TURPIAL AMARILLO – GONZALITO, Icterus nigrogularis

Por: Juan F Conde

Como Gonzalito también es conocido el Turpial Amarillo, de nombre científico Icterus nigrogularis. Es un hermoso y vistoso pájaro del norte de Suramérica. Se encuentra en Colombia, Aruba, Brasil, Guayanas, Trinidad y Tobago, y en Venezuela. De la familia Icteridae, del griego Ikteros que significa amarillo, gularis del latín moderno que significa garganta, nigrogularis de la garganta negra.


Según la Guía de las Aves de Colombia no debería estar aquí en el Valle del Cauca porque pertenece a una parte de la Costa Atlántica y a otra parte de los Llanos Orientales de Colombia. Pero las aves se mueven y la deforestación del territorio hace que cambien de espacios. Por otra parte es posible que la Guía de las Aves de Colombia no tenga la información correcta.

Vive en los bosques, en las copas de los árboles, en áreas abiertas o jardines con arbustos y flores, entre los 300 y los 1800 metros sobre el nivel del mar. Mide veinte centímetros aproximadamente.

Construye su nido con fibras en forma de mochila colgada en lo alto de la rama de un árbol, de unos cuarenta centímetros de profundidad con entrada por la parte superior. Los nidos son muy hermosos cuando son construidos de fibras naturales pero en esta era de los plásticos no desaprovecha fibras sintéticas para su nido, según información del biólogo Rafael Contreras. Tiene una postura de dos o tres huevos blancos, azulados, verdosos o grisáceos.


Se alimenta principalmente de insectos que busca en las flores o en los árboles pero también come frutas y consume néctares. En los sitios en donde se puede ver en Cali y alrededores se le ve especialmente comiendo bananos.

Referencias

En Internet, Wikipedia
Guía de las Aves de Colombia, Hilty y Brown
Información y redacción del autor



lunes, 1 de septiembre de 2014

PALMA ROJA, Cyrtostachis renda

Por: Juan F Conde

Esta es la Palma Roja, especie de Asia que se aclimató con éxito en Cali y en el Valle del Cauca. Su nombre científico es Cyrtostachis renda y pertenece a la familia de las Arecaceae. Palma de Lacre y Cirtostaquia son otros de sus nombres comunes conocidos.
 La Palma Roja es nativa de Tailandia, Indonesia y Malasia. Alcanza los seis metros de altura, con varios troncos anillados de hasta ocho centímetros de diámetro. Las hojas miden hasta metro y medio de largo y se componen de muchas hojuelas delgadas distribuidas en dos filas, la base y el eje central de la hoja son de un vivo color anaranjado-rojizo. Las inflorescencias surgen debajo de la hoja inferior y miden hasta medio metro de largo. Las frutas maduras son casi negras, ovaladas, de hasta media pulgada de largo. Florece y fructifica irregularmente durante el año. El nombre del género, Cyrtostachis, se deriva del griego kyrtos que significa curvado y stakys que quiere decir espiga, así que significa espiga arqueada, en referencia a la forma de la inflorescencia. El nombre de la especie, renda, significa brillante y hace alusión al color escarlata de las vainas y pecíolos foliares.
 
El género Cyrtostachis se haya formado por ocho especies distribuidas en Sumatra, archipiélago Indo malayo e islas Salomón. En el Sudeste asiático se cultiva ampliamente como planta ornamental.
Fotografías: Mirador de la Umbría, Pance, Cali


Se propaga por semillas las cuales germinan a las dos o tres semanas. Presenta crecimiento lento. Requiere de lugares abiertos, cálidos y húmedos, con sol todo el día. Apropiada para parques y jardines.

Fotografías: Mirador de la Umbría, Pance, Cali
Algo que no encontré y que corresponde a mis observaciones de los ejemplares aclimatados aquí en nuestra región, es que el tallo es verde oscuro hasta donde empiezan a aparecer las hojas y luego se torna rojo, lo que le da su nombre común en Colombia y en otros países. Y con respecto a su altura las informaciones hablan de que puede llegar a medir hasta seis metros, pero algunos afirman que crece hasta los doce metros de altura; sin embargo las que conocemos aquí en el Valle del Cauca alcanzan una altura de cuatro metros, o cinco metros como mucho.

Referencias
 -Internet, wikipedia
-“Las Palmas de Venezuela”, Jesús Hoyos y August Braun A.
-Observaciones personales


jueves, 28 de agosto de 2014

FELIPE ANAYA Y UN CARPINTERO JAVERIANO

Por: Juan F Conde 

Cali, P. U. Javeriana, viernes 23 de mayo de 2014

Felipe ha sido uno de mis pupilos de la pajarología, ya es un experto pajarólogo en el conocimiento de las aves de la región. Lo conocí en Pichindé cuando tenía como doce años; le gustaron mis cuentos de duendes, mis escritos y relatos, pero lo que más le gustó de mis aficiones fue mi fascinación por los pájaros y desde entonces también es pajarólogo. Hoy es un buen estudiante de Economía de la P. U. Javeriana de Cali y hemos seguido juntos aprendiendo de pájaros; cada tanto me visita en mi oficina y copio en un archivo con su nombre las mejores fotografías de las aves que va registrando. La mamá de Felipe es compañera de trabajo de mi esposa y esa es la relación más directa y por la cual lo conocí cuando todavía era un niño.
Con el carpinterito recién recuperado. Cada vez, al sol, extiende las alas para calentarse

Cuando llegó de estudiante a la universidad me buscó y continuamos nuestra relación compartiendo la afición por los pájaros, y algunas de sus fotografías las he usado para mis artículos y ensayos. En su carrera de Economía está usando los conocimientos de la ornitología para orientar sus trabajos.

Un miércoles, de éstos de mayo de este año de 2014, vino a mi oficina con el siguiente cuento. Que había visto un nido de carpinteros, un hueco circular en un tronco de un árbol que todavía permanecía en pie y le estaba haciendo el seguimiento al nido y a sus ocupantes tomándoles fotografías. Los pájaros carpinteros abren huecos redondos en los árboles, sobre todo en árboles muertos o en ramas secas, y allí hacen sus nidos.
Los padres antes de ser derribado el nido

Un día martes fue a ver el nido y el tronco había sido derribado por los jardineros. Seguramente no se percataron de la existencia del nido. La decepción y la rabia de Felipe por este hecho fueron evidentes. Se dolió del hecho y sintió que su registro había quedado truncado por la trozada  del tronco con el nido. Grande fue su desazón al ver el tronco en varios pedazos en el suelo y con el corazón arrugado se alejó del sitio.

Como Felipe es deportista y hace entrenamientos de ejercicios de estiramientos de TRX para algunos estudiantes cerca del sitio donde estaba el tronco, por el día jueves estando al lado de los pedazos trozados del árbol del nido volteó uno buscándolo y ¡oh! ¡Sorpresa! en el nido había sobrevivido un pichón de carpintero, todavía estaba vivo. Su alegría fue inmensa. -¿Qué hago?-, se preguntó. -Pues me lo llevo con tronco y todo-, esa fue su decisión.
Ya recuperado en la habitación de Felipe

Tenía clase con el profesor Alexei Arbona, se alzó con el tronco con el pajarito dentro y se fue a su clase. Llegó al salón, se hizo en uno de los puestos de adelante, puso su tronco al lado del pupitre y empezó a escuchar la clase.

El profesor miraba de soslayo el tronco e intrigado por fin dice: -Ve Felipe, tengo qué saber porqué traés ese tronco al salón-.

Felipe le responde: -Profe, es que en el tronco hay un nido de carpintero con un pajarito adentro y me lo tuve que traer porque si no se muere y voy a ver si lo puedo alimentar. Está muy débil porque lleva dos días sin comer-.

El profesor continuó con cara y actitud de incredulidad hasta cuando el pajarito empezó a cantar, a hacer su sonido de carpintero Habado -de nombre científico Melanerpes rubricapillus-, un tamborileo o cascabeleo gutural. El asombro del profesor fue mayúsculo al escuchar al pajarito y comprobar  que era cierto lo que Felipe le decía. No lo podía creer, ni él ni sus siete compañeros de clase.

Felipe después de clase se lleva en su motocicleta el gran tronco -como de setenta centímetros de alto y veinticinco centímetros de diámetro- con el pajarito para su casa y al llegar lo primero que hace es buscarle comida; sabe que come bichos vivos pero también que le gusta el banano, le brinda banano y el carpinterito le recibe. Está muy débil pero acepta comida y si come el carpinterito se puede recuperar, piensa Felipe.

El tronco ahora está en la habitación de Felipe y en su ventana, que da a la calle,  tiene néctar de azúcar para melíferos y colibríes, y bananos para los frugívoros y allí le llegan varias especies de pájaros.
Al aire libre después de enseñarle a volar

Dos días después el carpintero reconoce a Felipe, le acepta comida, lo llama imitando su voz gutural, el carpinterito lo reconoce, sabe que es con él, llega hasta él, le da comida en la mano. Felipe le consigue gusanitos y el pajarito los disfruta pero no es tan fácil conseguir bichos para darle su dieta de proteína.

A la ventana de la habitación de Felipe también llegan carpinteros habados adultos a comer banano, el juvenil –que es una hembrita por su cabeza menos pintada que la de los machos- cuando ve con curiosidad a sus congéneres, se admira, le da susto, y se mete a su nido. Felipe la alimenta y cuando ya ha comido suficiente la pajarita le dice que no más moviendo su cabeza como negando, cierra los ojos y no le recibe más.

Dice Felipe que no quiere encariñarse mucho de la carpinterita, que la quiere marcar por si la pajarita cuando vuele vuelve a su habitación. Le digo que no es necesario, que de alguna forma siempre se reconocerán.

Ha pasado una semana y la carpinterita está cada vez más grande y fuerte pero al parecer le sigue haciendo falta su dieta de proteína animal para tener la fuerza necesaria para volar. Le sugerí que ante la dificultad de encontrar bichos para alimentarla le hiciera una papilla de banano con carne molida, que primero lo hiciera con carne cocida y que si no le recibía la ensayara con carne cruda también molida. También le recomendé que tuviera cuidado con los gatos.

Tres meses después…

Hoy es 27 de agosto. Felipe crió la carpinterita. Empezó a sacarla al parque contiguo a su apartamento y le enseñó a volar por el parque, pero siempre volvía donde Felipe, se le paraba en el hombro y la volvía a entrar a su habitación. La pajarita se fue cogiendo confianza y cada vez Felipe tenía que esperar más tiempo a que bajara a su hombro. La veía rebuscarse los bichos por sí sola remontando las ramas de los árboles del parque, hasta que un día no volvió al hombro de Felipe. Un poco preocupado, con la nostalgia y tristeza de haberla perdido, se fue sin la carpinterita a su apartamento.

Al día siguiente volvió al parque y cuando menos pensó tenía la pajarita en el hombro. Pero ya no la volvió a llevar a su habitación, sin embargo a su ventana llega casi todos los días a comer banano y a beber de los nectarios para colibríes, porque también aprendió a tomar agua de azúcar. La siguió dejando en el parque. Cada tanto Felipe va al parque y si la pajarita está cerca vuelve a su hombro. Un papá para siempre.


Fotografías: Felipe Anaya